domingo, 6 de junio de 2010

Best Seller

Biografía no autorizada de un Juan que nunca existió -cualquier semejanza con la irrealidad es pura coincidencia-


Juan nació el 23 de diciembre de 1983, Juan tiene un hermano más grande que lo cuida mucho. Cuando Juan tenía cinco años le regalaron un pez, Juan se aburría viendo nadar al pez pero otra mascota no lo dejaban tener. Juan hace un año abrió una bicicletería, ahora Juan es todo un hombre de negocios, Juan tiene rulos, Juan es alto, Juan usa bufanda y una campera de corderoy, Juan tiene un jean que usa todo el tiempo pero... ¿Quién es Juan? Juan es un hombre normal, con sus tiempos y problemas como cualquier otro. A Juan le gusta desayunar tostadas con manteca y un vaso de café o de lo que haya, Juan a veces se siente solo, como todos, pero encuentra en Mongo, su perro (ahora que Juan podía elegir la mascota definitivamente había sacado de su lista de mascotas al pez), la compañía necesita para estar bien. Juan ama las galletitas con forma de anillo, sobretodo las rosas con un intento de sabor a frutilla, Juan a veces come bizcochos agridulces. Los viernes a la noche Juan pide pizzas o empanadas porque llega cansado, saborea las pastas que le hace mamá los sábados y disfruta los asados de papá los domingos. Juan es más o menos alto, tiene el pelo castaño y ojos color miel.
A veces, solo a veces, se toma tiempo para hacer nada, generalmente esta corriendo –o andando en bicicleta- todo el día, del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Yo creo que la rutina lo cansa pero está en Juan cambiar las cosas o no. Juan nunca tiene tiempo para hacer lo que realmente quiere y por eso está siempre apurado con el tiempo suficiente. Juan tiene y tuvo muchos miedos como a los payasos, la oscuridad, el monstruo que se esconde debajo de la cama, que se le venga el mundo abajo, miedo a lo que piensen los demás de él. Juan le tiene mucho miedo a los médicos, Juan vive preocupado. Juan no sabe muchas cosas de cocina ni de limpieza, tampoco sabe hacer bien la cama, si fuera por Juan todo el mundo dormiría hasta tarde todos los días. Juan se tiene que afeitar día por medio, Juan a veces se lastima cuando se afeita. Juan siempre cuenta historias. A Juan le gusta escuchar cd’s de los Beatles, Sui generis (Sobre todo esa canción que dice “Juan Represión viste un saco azul, triste, vive como pidiendo perdón y se esconde a la luz del sol”) y Seru Giran, tiene la discografía completa de todos. A Juan le gustaría tener una banda, tiene millones de letras que escribió cuando tenía tiempo de volarse. A veces -solo a veces- se toma tiempo para hacer nada. Ahí es cuando escribe y se inspira. Ahí es cuando se toma tiempo para pensar en ella. Ella se llama Sol, a Juan le gusta mucho hablar y estar con Sol pero la diferencia de edad lo preocupa, Juan sabe que tiene que esperar unos años pero a veces le gustaría dejar de pensar en los demás y hacer lo que él quiere. A Sol también le gusta hablar y estar con Juan y tiene en claro lo de la diferencia de edad. Sol y Juan a veces se encuentran pero sólo como amigos. En realidad no es ese Juan, eso es lo que Juan quiere que sepamos sobre él. El verdadero Juan desayuna tostadas con manteca porque la abuela siempre le hacía comer eso en el desayuno cuando se quedaba a dormir en su casa, al verdadero Juan no le gusta mucho la comida que hacen sus papás pero no quiere admitir que se siente solo y que le gusta estar en familia, el verdadero Juan come las galletitas con forma de anillo porque le hacen acordar a su infancia, tienen un gusto especial para él. El verdadero Juan cuenta historias porque le gusta fantasear con que alguna vez vivió o sintió lo que cuenta. El verdadero Juan escucha esa música porque le gusta y porque lo hace volar, lo lleva a un mundo en el que solo existe lo que él quiere que exista y hace que se olvide de todo y todos los demás. El verdadero Juan no tiene ojos color miel, tiene ojos naranjas que miran más allá de lo que una persona puede ver, miran más lindo, más profundo. A Juan le da miedo jugarse por Sol, al verdadero Juan también le da miedo pero ya se jugó y aunque los demás no se den cuenta el dice que no para poder estar o hablar con ella, cuando está con Sol, Juan se convierte en el verdadero. El verdadero Juan no pide pizzas porque está cansado, pide pizzas porque le gusta hablar con el chico del delivery y siempre se quedan horas conversando como grandes amigos. El verdadero Juan le pone nombre a las cosas, su almohada se llama Malena, su cepillo de dientes Fátima, el peine Gabriel, la televisión Agustina y así con todos los demás objetos que tiene en Margarita, su departamento. El verdadero Juan sabe que el tiempo es interno y que si tiene ganas puede hacer que una hora dure un día y un mes cinco años. Todo esto lo pensaba el verdadero Juan cuando viajaba en colectivo para poder encontrase con Sol.

1 comentario:

  1. Como me gusto el final.
    Y es que todos, o al menos yo, tenemos ese juan adentro. Me senti muy identificado con lo que escribiste. Este sitio no me deja de sorprender, porque cada uno de tus escritos los siento tan reales y tan allegados a mi que la verdad, me dejan pensado. Este texto es de lo que mas me gusto en este ultimo tiempo.
    Un placer, realmente, haber descubierto este rincon..
    Un gran saludo desde la lejana, amiga Diel.

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