sábado, 16 de enero de 2010

Corpolóptero

A pesar del barullo Gabriel podría crearse un cuerpo, pero un Gabriel no entra en un cuerpo hecho de gritos entra, más bien, en un cuerpo hecho de (son)risas, un cuerpo hecho de risas y un par de tristezas silenciosas, gritos nunca. Un cuerpo hecho de gritos sería ínfimo si lo comparamos con el cuerpo hecho de risas silenciosas y al mismo tiempo el cuerpo hecho de gritos sería mucho mas grande porque son-risas que muy adentro son gritos, de felicidad, pero gritos al fin.
Entonces Gabriel podría crearse un cuerpo silencioso que al mismo tiempo sea el cuerpo más ruidoso que alguien se puede crear el problema es que un silencio entre el barullo se haría notorio y el resto entraría en el cuerpo y dejaría de ser un cuerpo, sería un Corpiloptero .
Finalmente Gabriel dejaría de ser uno para convertirse en un colectivo imaginario que a veces se transforma en un fitito.



Corpiloptero: Conjunto de cuerpos que tienen brazos a modo de hélices que usan para volarse cuando piensan que nadie los ve.

Hay una luz en algún lugar

Dicen que si mirás la luz estornudás, a mi me parece que en realidad no estornudás, te inventás un estornudo o una tosida para tapar todo lo que pasa, todo lo que te pasa cuando mirás la luz, como por ejemplo lo que en realidad pasa es que se crea un submundo lleno de luces de colores más chiquitas que si las miras con atención adentro tienen más luces, se forman figuras que si después de ver la luz cerrás los ojos y los apretás mucho te siguen un rato, otra cosa que pasa también es que, si mirás la luz y cerrás un poco los ojos se forma una estrella. Lo que te pasa es que capaz te mareas un poco, entrás en un submundo que con el tiempo se hace conocido y si tenés suerte te pasa que las luces una vez que miraste la luz no se van nunca pero con el tiempo te acostumbras a no verlas para poder ver la luz y sentir todo eso de nuevo e imaginarte que es algo desconocido, a veces pasa que mirás la luz y te duele la cabeza. Influye mucho la posición de la luz, otra cosa que te pasa es que te sentís atraído, pero al mismo tiempo –si la luz está en el techo, por ejemplo- sentís dolor de cuello pero eso no lo compartís con nadie porque sería un poco vergonzoso. También dicen que si abrís un paraguas adentro de un lugar cerrado es mala suerte pero de eso yo ya no sé.

Play-doh

Señoras y señores: Aquél es el famoso hombre de huesos de plastilina, de huesos moldeables y de colores. Algunos dicen que lo ven entrando a distintas librerías para conseguir plastilina para huesos, para forrar o remodelar las costillas viejas, otros dicen que el famoso hombre de huesos de plastilina es más sensible por tener huesos de plastilina, yo digo que el hombre se hace un hombre distinto cada día pero eso ya es a gusto de cada uno. El hombre de huesos de plastilina también tiene órganos de plastilina, órganos que no puede donar a nadie más pero que rellena (cuando lo necesita) algunos de esos órganos con plastilina para dejar atrás el pasado y empezar con el pie derecho.

Muñeca Antigua


Analizadora de
Neuronas
Totalmente
Inventadas por un
Gusano
Últimamente
Azulado


Aquella muñeca que todos los días descansaba sobre el mismo tercer estante de la habitación rosa de una pequeña inocente era una muñeca A.N.T.I.G.U.A. Asustaba un poco la idea de que la muñeca fuera capaz de analizar neuronas inventadas por un gusano que solía ser verde pero últimamente se transformaba al azul, tal vez para que no lo reconozcan y poder así seguir inventando neuronas, pero la presencia de la muñeca en aquella habitación era imprescindible para la pequeña, le daba cierto sentimiento de protección que no es común en una muñeca, menos en una antigua. La pequeña no se imaginaba todo lo que una muñeca de ese tipo podría llegar a hacer, aunque soñaba con un mundo parecido al de “Toy story”, es por eso que nunca se sorprendía cuando al levantarse la muñeca se encontraba sobre la almohada, al lado de su cabeza.

viernes, 8 de enero de 2010

Tormentas

No entiendo muy bien qué es lo que me llevó a este momento, a estar acurrucada en una esquina de mi habitación, a oscuras. No estoy segura, pero creo que tiene que ver con parte de mi infancia que había quedado en el olvido. La había sepultado y cerrado con siete candados. O por lo menos eso era lo que yo pensaba. La tormenta eléctrica que cada tanto iluminaba toda la pieza como si fuera el flash de una cámara, pero potenciado, me había hecho acordarme de la misma situación unos cuantos años atrás.
Un vacío inmenso se apoderó de mí, sentía un hueco en el pecho que me dificultaba la respiración. Las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas y la sensación de estar muriéndome se había plantado, firme y segura, en mí. Sabía que todo era una cuestión mental, que tranquilamente lo podía controlar, pero esta vez había algo diferente a las veces anteriores. Esta vez me invadía el miedo. El hueco en el pecho se agrandaba, mis lágrimas se habían triplicado, e intentar llenar mis pulmones de aire era un esfuerzo sobrehumano.
Como si un balde de agua fría se me hubiese caído encima, me estremecí, y quedé paralizada, completamente sorprendida. Sentía como si de repente, mi infancia hubiera vencido a los siete cantados, y ahora luchaba por salir a la luz, mandándome imágenes, idénticas a las que estaba viviendo, pero con unos cuantos años menos.
Me acuerdo que cuando era más chica, le tenía pánico a las tormentas. Cosa extraña, porque la lluvia me encantaba, pero las tormentas era algo con lo que no podía lidiar. Quizás tenía relación con que cada vez que había tormentas, siempre pasaba algo malo. Siempre había por lo menos una mala noticia, y siempre me dejaban sola. Capaz el miedo a las tormentas, en realidad era una forma de tapar el miedo a la soledad, y yo no me daba cuenta.
Cuando tenía siete años se había largado una tormenta eléctrica de la que nunca me voy a poder olvidar. Como de costumbre, me habían dejado sola, y era de noche, mis viejos se habían ido pensando que estaba dormida, y ahí empezó lo peor. Nunca me agarraban ganas de ir al baño una vez que ya estaba acostada, pero por alguna extraña razón, ese día fue la excepción. Fui al baño, y cuando salí, mi pieza ya no estaba. Un árbol se había caído, aplastando una mitad de mi casa, corrí y me acurruqué en una esquina de la pieza de mis viejos, esperando que a que, una hora más tarde, llegaran.
Con el tiempo aprendí a luchar contra ese miedo. A los nueve descubrí que mi sábana era como un escudo. Cada vez que tenía miedo, acostaba, me tapaba toda con mi sábana-escudo y cerraba los ojos hasta que todo lo malo pasara. La mayoría de las veces funcionaba, y eso me dejaba un poco más tranquila.
Pero ahora eso no me deja tranquila, ahora tengo veinticinco y la historia se repite. Me siento chiquita, me siento indefensa, y por sobre todas las cosas, me siento sola, y eso es lo que más me aterra. Y cierro los ojos, los apretó fuerte esperando a que todo pase, y siento que vuelvo a tener nueve años.
De a poco me voy calmando. El hueco en el pecho se achica y me deja respirar, las lágrimas cada vez salen con menos frecuencia y la sensación de morir desaparece, se va, vaya uno a saber dónde, de la mano con el miedo.

miércoles, 6 de enero de 2010

The game

La vida es como un juego. Hay niveles, con diferentes grados de dificultad. Hay algunas cosas que nos dan pistas de lo que puede llegar a pasar. Hay obstáculos. Hay sorpresas. Hay personas que nos ayudan, otras que nos complican las jugadas. Hay misterios, dudas. Pero hay una gran diferencia entre vivir, y jugar: No hay instrucciones para vivir, sino que tenemos que aprender por nuestra cuenta.


Easy


Stage 1



Mientras que todos sus compañeros se volvían locos pensando qué carrera estudiar, ella ya estaba segurísima de que quería ser psicóloga. A cada persona que le preguntara qué carrera iba a seguir, ella respondía, sin vacilar y con una sonrisa. Si a lo largo de sus diecinueve años había dudado entre seguir o no esa carrera, nunca nadie se había enterado. Y no es que fuera una chica llena de certezas, todo lo contrario, pero ser psicóloga era algo que había soñado desde que tenía memoria y no tenía ninguna duda al respecto.

La tercer llamada de su madre para decirle que tenía que levantarse, la hizo salir de la cama y empezar a arreglarse para un largo día. Se dio una ducha rápida para poder despabilarse, y después de elegir minuciosamente la ropa con la que iba a ir a la facultad, preparó su bolso. Cuadernos, cartuchera, billetera y celular eran cosas que, definitivamente, no le podían faltar. Con su buen humor de todos los días, fue a la cocina para desayunar y reírse un rato junto a su madre. El tiempo se había pasado volando, y para cuando se quiso acordar, era hora de salir directo a la universidad.

La mañana había empezado con la clase de Estadística, que parecía ser interminable, aunque no sabía muy bien si era por culpa del profesor, que tenía menos onda que un renglón Rivadavia, o si era porque su mejor amiga le acababa de mandar un mensaje diciéndole que tenía una propuesta para hacerle, y la había hecho parecer tan importante que la duda le estaba carcomiendo el cerebro.

“Para: Marchu
Mensaje: I hate you Bitch! Me muero de intriga y encima el profesor este es más aburrido que jugar al solitario de la pc, un viernes a la noche”


Estefanía Rinaldi odiaba las sorpresas, o mejor dicho, odiaba que la dejaran maquinándose sobre qué podría llegar a ser la sorpresa, y su amiga lo sabía más que nadie, pero siempre le hacía ese tipo de cosas. Lo que más le molestaba, era que las cosas que su amiga se traía entre manos, siempre terminaban dándole más de una sorpresa, y esta vez no iba a ser la excepción.

Después de otra hora interminable, por culpa de su mejor amiga, subió a su auto para poder dirigirse al bar al que iba a almorzar todos los jueves, junto con Marianella. Y como siempre, la chica de baja estatura y pelo oscuro, la esperaba en la tercer mesa al lado de la ventana, mientras charlaba con el chef del bar, de quien que ya se habían hecho grandes amigas.

-¡Morcillita!-Gritó emocionada como si no se hubiesen visto en años, haciendo que la morocha se levantara para saludarla.

-¡Escarbadientes!-Respondió su mejor amiga con la misma alegría y efusividad que la castaña.

Ya nadie se sorprendía o las miraba raro por el escándalo que hacían cuando se veían, todos se habían acostumbrado a los encuentros entre las dos jóvenes. Estefanía saludó, prácticamente, a todos los que estaban en el bar, y se sentó junto a su amiga, mientras esperaban la comida.

-Más te vale que me cuentes ya cuál es esa propuesta porque tengo un…saquito de sal-Dijo después de mirar un rato los objetos que había en la mesa-Y lo sé usar.-La amenazó, apuntándola con el saquito de sal, y frunciendo el ceño, haciendo que su amiga se echara a reír.

-¿No te estarás zarpando un poquito con el saquito de sal? Ya es como demasiado peligroso…-Respondió Marianella, sin aguantar la risa.

-¡Basta de reírte y contame ya!

-Bueno, bueno, perdón-Se disculpó, y siguió hablando-Resulta que ayer a la tarde salí a caminar, y nos anoté para preparar obras para nenes chiquitos que tienen pocos recursos.

-Tranquila vos eh, aunque yo no encuentro la propuesta, si ya me anotaste…

-¡Bueno che! Es una buena causa, además no me podés decir que no, yo sé que tenés una debilidad por los nenes chiquitos, y es una buena manera de llevarles un poco de alegría, además los ayudamos un poco con la escuela, jugamos un rato, merendamos juntos y nos volvemos.

-Ay sí, ¡Me encanta la idea!-Confesó llena de alegría Estefanía, mientras se imaginaba rodeada de chicos jugando y riendo.

-La onda es que nos tenés que pasar a buscar…-Empezó a decir la morocha, y la cara de Estefanía pasó de alegría a la confusión total-Sí, tenés, porque Rama también va, pero se le rompió el auto, cuando lo arreglen me lleva él y vos no tenés que dar tantas vueltas, es sólo por este sábado…

-¿Rama? ¡No me digas que dejaste al Pela y no me contaste nada!-Gritó escandalizada.

-No Tefy, no corté con Thiago…

-¿Le estás metiendo los cuernos?-Preguntó en susurros acercándose a su amiga para que nadie las escuchara-Vos sos mi mejor amiga, pero B.A no se lo merece.

-¡No Tef! No estoy engañando a nadie con nadie, ni corté, ni nada, Rama es Ramiro Ordóñez, compañero nuestro de la escuela… ¿Te acordás?

De repente en la cabeza de la muchacha más flaca se hizo un clic y un montón de recuerdos pasaron por su mente. ¿Cómo iba a olvidarse de su primer y único amor verdadero? ¿Cómo iba a olvidarse de su amor platónico desde que en Jardín de infantes la había ayudado a levantarse cuando unos compañeros de él la habían empujado, y encima le había preguntado si estaba bien? ¿Cómo iba a olvidarse de los ojos más transparentes que había visto en toda su vida? ¿Cómo iba a olvidarse de la sonrisa más angelical que ya había conocido? ¿Cómo iba a olvidarse del muchacho, un año y medio mayor, que le había robado el pensamiento durante todos sus días de colegio? ¿Cómo iba a olvidarse de Ramiro Ordóñez? Era imposible.

-Palito chino, ¿Estás bien?-Preguntó preocupada su mejor amiga, mientras pasaba una mano por delante de sus ojos, al ver que la castaña estaba como abstraída de la realidad.

-Sí, sí, perdón-Dijo volviendo a la tierra, e intentando esfumar todos los pensamientos de su cabeza-¿Desde cuándo le decís Rama?

-Tomen chicas, acá les dejo la comida-Las interrumpió Sofía, la mesera, apoyando dos platos de comida en la mesa, y dos vasos de gaseosa.-Provecho-Dijo antes de retirarse, a lo que las dos muchachas agradecieron.

-¿Estás celosa?-Dijo Marianella continuando con la conversación, más a modo de afirmación que de pregunta, sonriendo pícaramente.

-¿Yo? ¡Pero por favor! Mirá si voy a estar celosa, es que me pareció extraño que haya tanta confianza…

-¡Me muero! ¡Te sigue gustando!-¿Por qué Marianella la tenía que conocer tanto?-Es que en el cbc tuvimos un montón de materias juntos, además se mudó cerca de casa y es el mejor amigo de Thi, nos cruzamos seguido y nos hicimos muy amigos, pero es todo tuyo, yo estoy feliz con mi pela.

-Te digo que no me gusta Ramiro, solo me pareció extraño, ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?

-Tef, te conozco mucho, demasiado diría yo, y por más que no lo quieras admitir yo sé que te siguen pasando cosas con él.

-Bueno, está bien, me removieron un poquititititititito los sentimientos el hecho de que lo hayas nombrado, pero solo eso, no significa que me guste ni nada… ¿Te acordás cuando en séptimo te pedí que le pusieras la cartita que le había escrito en el libro de Naturales?-Comentó recordando con nostalgia.

-¡Cómo no me voy a acordar de eso! Si me tuviste horas y horas repasando el plan para que todo saliera a la perfección, y al final, ni lo usamos el libro.

-¿La habrá leído alguna vez?

-No sé, ni idea, le pregunto si querés…

-¡Ni se te ocurra!-La interrumpió a los gritos.

-Está bien che, no te enojes, no le digo nada

-Más te vale que no eh… bueno, entonces el sábado paso a buscarte a vos, y me decís cómo llegar a su casa…

-No te conviene, es mejor que pases primero por su casa, es la de rejas negras que siempre nos gustó, que cuando éramos más chicas decíamos que la íbamos a comprar y nos íbamos a ir a vivir juntas…

-¿Pero él ya sabe que lo paso a buscar?-La morocha asintió-Pero ni se debe acordar de mí, mejor te paso a buscar a vos primero.

-No, sí se acuerda de vos bobi, además me pareció que cuando le dije que nos pasabas a buscar el sábado a la una se puso muy feliz.

-Me parece que Martín le puso algo a tu comida o a la gaseosa, porque estás diciendo demasiadas tarad.eces Morcillita, yo mejor me voy, que tengo que terminar de estudiar unos temas, y después tengo que acomodar un par de cosas.

-Claro, escapate cuando quieras eh

-No me estoy escapando, es hora de irme, además si vos no te vas, vas a llegar tarde a tu encuentro con Thiago.

-No, hoy nos encontramos a la noche porque tenía que ir a acompañar al padre a hacer unas entregas, así que podrías dejar el estudio para más tarde y podríamos hacer una salida de amigas que hace mucho no hacemos.

-¡Vos y tus propuestas tentadoras! Subite al auto antes de que me arrepienta.

Estefanía nunca le decía que no a una salida con su mejor amiga, y estaba muy lejos de arrepentirse por aceptar la propuesta, de lo contrario, hubiese ido hasta su casa para pasarse lo que quedaba del día pensando en el rubio pelicorto, muriéndose de ansiedad por volver a verlo, en cambio, pasando toda la tarde con la morocha de baja estatura, los pensamientos sobre Ramiro iban a quedar ocultos por un tiempo, y su mente se iba a mantener despejada.


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El rubio pelicorto había elegido estudiar en la universidad de Filosofía y Letras, aunque en realidad era un músico encubierto. Podía pasar horas y horas con su guitarra, que para él, no habían transcurrido ni dos segundos. Además de la música, tenía una gran debilidad por los nenes chiquitos, y cuando Marianella le había propuesto ir a visitar a los nenes, no había dudado ni dos segundos en anotarse. La idea lo había entusiasmado muchísimo, y mucho más cuando se enteró que iba a volver a ver a Estefanía Rinaldi, hacía mucho tiempo no se encontraba con gente que había compartido con él varios años en la escuela y lo alegraba la idea de poder encontrarse con alguno de ellos, o por lo menos eso era lo que él decía.

La vida de Ramiro no había tenido muchos sobresaltos, siempre había sido muy buen alumno y un hijo del que no se podía decir ninguna queja, amigos tenía muchos, pero los dos que estaban siempre eran Thiago, su primer amigo, y el mejor que había podido tener, y Marianella (desde que habían empezado a cruzarse con frecuencia) se había convertido en una persona muy importante en su vida. En cuanto al tema del amor, no podía quejarse, se había enamorado, y también había sufrido, sí, pero lo justo y necesario, para aprender de sus errores.

Estaba ensimismado, haciendo un par de anotaciones en el cuaderno donde escribía algunas canciones, cuando su celular empezó a vibrar en el bolsillo izquierdo de su pantalón. Vio la pantalla y se dibujó una sonrisa en su rostro, relajando todos los músculos que se habían contraído a causa de la suma concentración que ponía al escribir.

-Hola Mar, ¿Cómo estás?

-Bien, ¿Vos Ramita?

-Todo tranquilo, acá, con la guitarra…

-Parecen marido y mujer en plena luna de miel, no se separan nunca… en fin, escuchame, ya hablé con Tef, el sábado te pasa a buscar a vos tipo una, me pasan a buscar a mí, y vamos, ¿Dale?

-Dale, quedamos así.

-Te dejo que tu amigo hoy está mimoso y quiere que le vaya a hacer compañía mientras mira una película, besote enorme, te quiero.

-Andá, mandale un beso al naipe, yo te quiero más.

Finalizada la conversación telefónica, intentó volver a escribir en su cuaderno, pero el hecho de saber que iba a tener que pasar un rato a solas con Estefanía le había hecho perder, por completo, la concentración, y no entendía por qué.
Intentó mil y un veces retomar la canción que estaba escribiendo, pero tan solo le salían frases aisladas, que cuando decidió releer lo asombraron un poco.

Había empezado escribiendo sobre lo difícil que era la vida cuando los problemas lo superaban, lo complicado que se le hacía pasar de nivel, cambiar las estrategias y aprender de los errores, y después del llamado había empezado a escribir diferentes frases sobre una alegría que lo llenaba y que no entendía de dónde salía, sobre el amor en su forma más pura, sobre el pelo castaño con un par de ondas, sobre una sonrisa de feliz cumpleaños, sobre los cambios en las personas a través del tiempo. La última frase que había escrito decía “¿Seguirá igual?”.

Definitivamente había dejado volar su imaginación, y lo que le había producido alegría era la idea de poder trabajar con un grupo grande de nenes, y haber hablado con su amiga también lo había puesto feliz. Solo eso. Nada más.


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¿Cómo pretendían que siguiera estudiando la historia de vida de Freud si tenía tan solo un día para preparase emocionalmente para encontrarse con el amor de toda su vida? Puso un cd de los Beatles para ver si podía relajarse, pero ni siquiera John Lennon cantando “Across the universe” lograba calmarla.

Suspiró hondo una vez, otra, y otra. Sacudió su cabeza como si de esa manera pudiera alejar todos los pensamientos que tenía en relación al rubio, y poco a poco se fue quedando dormida.

martes, 5 de enero de 2010

Mover el cuerpo y nunca parar

Volví a hablar con el niño bailarín. No es que hayamos perdido el contacto por completo, sino que por cuestiones de tiempo, las conversaciones se volvían mucho más cortas que antes. Aunque, hay que admitir que, con el niño bailarín nunca se sabe en lo que puede terminar la conversación, y a veces las charlas pierden el sentido por completo.
Una vez me confesó, que estaba triste porque tenía problemas amorosos, en el que estaba involucrada su novia... pero también estaba involucrada yo. Después apareció felizmente arreglado con la chica de sus sueños, diciéndome que soñaba con volverse millonario para poder hacerla feliz, y poder regalarle cosas todos los días.
Otro día, me contó que la extrañaba horrores y que se moría por ir a buscarla a la costa atlántica, pero no le alcanzaba la plata para ir antes de tiempo. Después de un fin de semana que pasó con ella, volvió completamente renovado, enérgico y feliz.
Seguimos hablando. Me dijo que yo no podía enamorarme de cualquiera. Me dijo que me merecía un príncipe salido de un cuento de Disney (aunque eso ya lo había puesto), y que él me iba a ayudar a encontrarlo, me afirmó que yo era como la de Encantada. Prometió regalarme un vestido de princesa, y me dijo que su hija iba a llevar mi nombre.
Yo sé que Billy Elliot está un poco loco, rompe todos los estereotipos que uno se puede hacer de una persona, que cambia de look como de bóxers, y que para la mayoría gente puede ser una persona muy muy extraña, pero para mí, el niño bailarín no es así. Para mí, Billy Elliot es un corazón con patas, y si la gente lo conociera de verdad pensaría como yo.
¿Por qué no hay más niños bailarines en el mundo?

(Sé que con esta entrada mutilé la historia de Billy, pero la quería subir)

domingo, 3 de enero de 2010

Love story

We were both young
When I first saw you
I closed my eyes
And the flash back starts
I'm standing there
On a balcony in summer air

No estaba muy segura de cuándo había llegado el calor. Ayer estaba con una campera, y hoy el día está para meterse a la pileta y no salir hasta la noche. Llevo más de media hora sentada en el piso de mi balcón, el viento me despeina y, por más raro que parezca, no me importa. No me importa porque estoy ensimismada en mis pensamientos. El verano trae amores, salidas con amigos, días de relax, playa, mar, agua y arena, pero a mí el verano no me trae nada, a mí el verano me lleva. El verano me lleva a vos. A vos y tu sonrisa perfecta (perfecta porque era para mí), a vos y tus chistes malos que me alegraban el día, a vos y tu pelo perfectamente despeinado, donde mis manos se enterraban y jugaban a despeinarte un poco más, a vos y tus besos. Y cierro los ojos y pienso en cómo nos conocimos, un montón de flash backs se hacen presentes en mi cabeza. Cuatro años atrás, en una fiesta de la empresa de mi viejo, vos y yo juntos por primera vez.

I see the lights
See the party the ballgowns
I see you make your way
Through the crowd
And say Hello
Little did I know


De repente empiezo a ver todo, como si realmente estuviera ocurriendo, como si hubiese viajado al pasado. Las luces, todos vestidos de gala, gente que llega, mozos que sirven comida, música de fondo, y vos, intentando escaparte de los adultos que trataban, inútilmente, de meterte en la cabeza la idea de seguir con la empresa familiar, empresa que más tarde me enteré que era la competencia. Te veo a vos, con tu traje negro, que probablemente fue tan caro como la fiesta, abriéndote paso entre la multitud, te veo acercarte a mí, pero vos no me ves, y nos chocamos. Siento como si tu mano me estuviera agarrando para no caerme, tal como pasó cuatro años atrás, y me estremezco. Me pediste perdón, y yo me quedé colgada en tu mirada. Me hundí en tus ojos color miel, y me transporté a otro mundo. Nos conectamos. Era como si vos me estuvieras mostrando tu alma y yo la mía. Me sonreíste y me sentí morir, sentí mis piernas flaquear, y un escalofrío me recorrió toda la espalda. Vos y tu voz condenadamente sexy, yo y mi corazón latiendo a mil por hora. El tiempo se había detenido, y las fichas empezaban a encajar.


That you were Romeo
You were throwing pebbles
'Till my daddy said Stay away from Juliet
And I was crying on the staircase
Beggin' you Please don't go

La historia de amor que siempre soñé. Con mi príncipe azul, y yo, en un intento de princesa de cuento de hadas. Vos con tu traje y yo con mi vestido elegante, moviéndonos al compás de la música, sin que nadie nos molestara. Ningún empresario hablándote de negocios, y ninguna esposa de empresario preguntándome por mi vestido, haciéndose la simpática. Pero como en los cuentos, se hicieron las doce, y había que volver a la realidad. Volver a mi papá alejándome de vos y verte perdido en la multitud sin entender. Mi papá gritándome mil cosas, y repitiendo una y otra vez que no eras buena compañía y que me tenía que mantener lejos de vos. Los Montesco contra los Capuleto, y sus dos hijos luchando por su amor. Yo con mi vestido de Julieta y vos con tu traje de Romeo moderno. Yo llorando en algún lugar adentro de la casa-quinta que habían alquilado, y vos buscándome por el patio a pesar de todas las advertencias de tu padre y del mío. Me sentía una idiota por no poder luchar por lo que sentía, y más aún por no entender cómo me había enamorado tan rápido de un Romeo que apenas conocía su nombre.


And i said

Romeo take me
Somewhere we can be alone
I'll be waiting
All that's left to do is run
You be the Prince
And I'll be the Princes
It's a Love Story
Baby just say Yes.

Vuelvo a la realidad y siento una lágrima rodando por mi mejilla. Porque a ese recuerdo le siguen muchos otros. Cierro los ojos y me encuentro con una escena diferente. Yo caminando con mis amigas por alguna calle céntrica repleta de jóvenes de vacaciones, y vos riéndote con tus amigos a un par de cuadras. Y nos chocamos de vuelta, por no prestar atención, y vos me pedís perdón, ya no estamos vestidos de gala, no hay luces, no hay música, no hay mozos que nos sirvan comida, pero la conexión vuelve. Nos sonreímos, porque a los dos se nos pasan las mismas imágenes por la cabeza, y sé que sentimos lo mismo. Te digo la dirección de la casa en la que estamos parando con mis amigas y vos me prometés que me vas a visitar, y lo hacés, al otro día. Me invitás a ir con vos a la playa. Vamos de la mano, nos sentamos en la arena y me abrazás. Hablamos horas y horas, la gente se va, y solo quedamos nosotros, me acurruco en tu pecho porque empieza a hacer frío y vos besás mi cabeza. Te miro, te sonrío, y de un momento para el otro, la distancia entre los dos desaparece, nos estamos besando como si el mundo se viniera abajo. Una llamada de mis amigas reclamándome, y un mensaje de tus amigos preguntándote si seguís vivo nos separa. Un último beso, y cada uno se va por su lado. Me acuerdo perfectamente la sensación esa de estar flotando, y el momento de la ronda de amigas donde me hicieron contar detalle por detalle lo que había pasado, y se me escapa una carcajada. A pesar de todo, tuvimos buenos momentos.


So I sneak out
To the garden to see you
We keep quiet
Cause were dead if they new
So close your eyes
Just keep this down for a little while


Las vacaciones se habían terminado, y ahora los encuentros eran a escondidas. A ninguno de los dos nos gustaba la clandestinidad, pero ¿Qué más podíamos hacer? Estábamos jugando con fuego y en cualquier momento nos íbamos a quemar. Nos inventamos un mundo en el que podemos ser felices y no había familias en contra. No había Romeo ni Julieta, sino Eugenia y Agustín viviendo una historia de amor sin trabas, sin barreras.


Cause you were Romeo
I was a Scarlett Letter
And my daddy said Stay away from Juliet
But you were everything to me
And I was beggin' you Please don't go


De vuelta las doce, y mi papá separándonos como tantas otras veces, pero esta vez para siempre. Había llegado con la noticia de que nos íbamos a vivir a la otra punta del mundo, que había conseguido un trabajo mejor, que íbamos a tener una mejor calidad de vida y un montón de excusas más, como si yo pudiera soportar la idea de alejarme de vos, me acuerdo que cuando terminó de decirme eso, me encerré en mi pieza, en ese momento lo único que quería era abrazarte y escucharte decir que todo iba a estar bien.


And I said

Romeo take me
Somewhere we can be alone
I'll be waiting
All that's left to do is run
You be the Prince
And I'll be the Princes
It's a Love Story
Baby just say Yes

Un nuevo encuentro clandestino, pero esta vez el ambiente era diferente al que solía haber. Esta vez unas cuantas lágrimas de mi parte, y vos en un intento de mantenerte en la posición de chico fuerte, me abrazabas y me acariciabas el pelo, intentando transmitirme tranquilidad, y depositabas un suave beso sobre mi cabeza. En ese momento los dos queríamos volver a la playa, sin padres ni malas noticias cerca, queríamos que el mundo que nos habíamos inventado fuera más fuerte que el real, pero la situación nos superaba.


Romeo save me
They're trying to tell me how to feel
This love is difficult
But it's real
Don't be afraid
We'll make it out of this mess
It's a Love Story
Baby just say Yes

Y por más que intenté ponerme en el lugar de mi viejo nunca pude, y creo que no podría ahora tampoco. Simplemente, no me sale. No entinedo cómo pretendía que dejara de lado mis sentimientos, como si alguien pudiera elegir de quién enamorarse y de quién desenamorarse. Me había dicho, convencido, que lo nuestro era solo un capricho, que yo era muy chica y no sabía nada del amor, como si él fuera un licenciado en el tema, cuando en realidad era más frío que un iceberg. Te pedí ayuda, porque cada vez faltaba menos para el día del viaje, pero entendí que, en ese momento, vos necesitabas más ayuda que yo, que quizás estabas sufriendo más que yo, y no lo hablabas con nadie, lastimándote vos solo.


I got tired of waiting
Wounderin' if you were ever comin' around
My faith in you was fading
When I met you on the outskirts of town

De un día para el otro desapareciste. Ya no había llamadas, ni mensajes, ni encuentros. Ni siquiera una carta de despedida, y el día del viaje se me venía encima, y cada vez tenía menos fuerzas. Con vos a mi lado yo podía luchar contra lo que fuera, pero vos te habías ido de la nada, no sabía nada de vos, y con tu ida mis fuerzas se esfumaron. Me hiciste creer que el amor verdadero no existía y un vacío imposible de llenar se apoderó del hueco donde debería estar mi corazón, porque cuando te miré por primera vez a los ojos mi corazón se convirtió en tuyo, solo que lo guardaba yo porque una persona no tiene espacio suficiente para tener dos corazones. Y mi corazón, que en realidad es tuyo, latía por y para vos, y cuando te fuiste, sentí que dejó de latir.

And I said

Romeo save me
I've been feelin' so alone
I keep waiting for you
But you never come
Is this in my head?
I don't know what to think
He kneels to the ground
And pulls out a ring

De vuelta la realidad, y esta vez mis mejillas no tenían una lágrima, sino unas cuantas. De un segundo para el otro me había convertido en un mar de lágrimas y probablemente toda la casa estaba escuchando mis sollozos, pero ya se habían acostumbrado, y sabían que esos momentos los necesitaba para mí sola. Todo me llevaba a vos. Una brisa de viento chocó mi cara, y un perfume invadió mis pulmones. No era cualquier perfume, era tú perfume. Seguí recordando. Estaba en el aeropuerto, mi papá estaba terminando de hacer el check in y yo caminaba por ahí buscando un kiosko para comprar alguna revista y chicles, cuando me pareció escuchar tu voz. “Euge” y todo se paralizó. Tenías mucho poder sobre mí, tenías la capacidad de hacer que mi mundo dejara de girar con tan solo respirar. “Euge” volviste a gritar, y yo, que pensaba que eran alucinaciones mías me di vuelta. Estabas ahí. Realmente estabas ahí. Dejé todo en el piso y salí corriendo a tu encuentro. No lo podía creer, estabas parado en el aeropuerto con un ramo de flores, y yo, con mis piernas alrededor de tu cintura, y mis manos en tu cuello te besaba reiteradamente, y juntos, reíamos.


And I said

Marry me Juliet
You never have to be alone
I love you
And that's all I really know
I talked to your dad
Go pick out a white dress
It's a Love Story
Baby just say Yes

Me explicaste qué era lo que había pasado. Me explicaste que tu papá se había enterado de nuestro amor clandestino y que habías perdido el contacto con todo el mundo. En tus ojos vi la tristeza que sentiste, y la sentí como si me hubiese pasado a mí también. Me pediste perdón una infinita cantidad de veces, y yo no paraba de repetirte que no te tenías que disculpar por nada. “Te amo” te escuché decir y por un momento me olvidé que tenía que respirar. Estaba totalmente shockeada. Vos y tu maldito poder sobre mí. Nos besamos hasta quedarnos sin aire, supuse que esa era una buena forma de hacerte saber que yo también te amaba, y vos lo entendiste. Me dijiste que ibas a ir a hablar con mi papá, que lo ibas a enfrentar. No sé cómo hiciste, pero lo convenciste. Me quedé en casa, con mamá, y nuestro amor ya no era clandestino. Nuestro amor había superado todo. Con vos a mi lado, todo era posible.

Cause we were both young
When I first saw you.


Y tenía la costumbre de recordarte con cada día de verano. Vos ya no estabas. Un día ibas a venir a buscarme para salir y nunca llegaste. Yo te había dicho que no saliéramos, que llovía demasiado y estaba oscuro, pero vos insististe, y me convenciste, porque siempre me convencías, y ahora ya no estás. Ya no estás pero yo te sigo amando tanto como la primera vez, y sé que algún día nos vamos a volver a encontrar, porque nuestro amor va más allá de todo. Y también sé que a tu manera, estás a mi lado, porque te hacés sentir.

Por momentos pienso que me encantaría quedarme viviendo en el recuerdo de lo que alguna vez fuimos, pero te prometí que iba a ser fuerte, pase lo que pase, y acá estoy. A unas pocas horas de casarme con un hombre que me quiere y que me entiende, intentando rehacer mi vida, y soñando con el día en el que nos volvamos a ver. Se llama Lucas, lo conocí a través de una amiga, y fue un gran sostén para soportar lo que pasó, me acompañó durante los peores momentos y le voy a estar eternamente agradecida. Sabe que mi corazón sigue siendo tuyo, y que eso no va a cambiar, pero a pesar de todo asegura que es feliz a mi lado, y con que lo quiera como lo quiero es suficiente.

Están tocando la puerta de la habitación, es momento de que empiece a arreglarme. Me paro y me seco las lágrimas, y otra brisa vuelve a chocar contra mi cuerpo, y te siento más cerca que nunca, siento que me abrazás y me dejo, intentando guardar este segundo para siempre.