domingo, 17 de abril de 2011

II
Caro
(Me enseñaste, entre otras cosas, a vivir)

La que le sigue a esta historia, que de a poco va tomando forma, es Carolina. La elección no fue del todo al azar: Caro, como la conoce todo el mundo, es como la cuarta hermana de She, y es mi "combo".

Caro y She se hicieron amigas en la mitad de primaria, y a partir de ese momento se volvieron inseparables, las vueltas de la vida hicieron que las dos terminaran juntándose conmigo y con el resto, y un par de vueltas más y Cari, como me gusta decirle a mí, se convirtió en mi "combo".

La idea surgió en un recreo cualquiera, donde decidimos que íbamos a llamar así a todas esas personas que pasaban tanto tiempo juntas que se te hacía inevitable pensar en una sin pensar en la otra, como Batman y Robin. No es que nosotras nos pasáramos el día entero juntas, pero empezamos a tener demasiadas coincidencias, y entre risas y charlas nos fuimos uniendo más, y terminamos diciendo las mismas cosas, al mismo tiempo. Sin darnos cuenta nos convertimos en un combo, que todavía sigue vigente.

Carolina es petisa y alegre, pero que ni se te ocurra hacerla enojar, porque es poner en riesgo tu vida. Castaña y de pelo largo, por el contrario de She, siempre está peinada y bien vestida, la realidad es que ama estar a la moda.

Carilinas, como un día decidí empezar a decirle, sueña con ser bioquímica, pero primero, aspira llegar a farmacéutica. Le gusta el chocolate amargo y muere de amor por Arjona.

Es la más grande, de dos hermanas, y a pesar de que las dos vivan a los gritos, como toda su familia, se llevan increíblemente bien. Y sí, los gritos de la familia de Cari no es algo que pueda pasarse por alto, el que los ve de afuera piensa que están todos locos, pero para nosotras no es así. Para nosotras son todos unos divinos que ya nos hicieron un lugarcito en su familia. Porque si Carito es familiera, su familia, lo es el triple.

-¡Pero Mario no te das cuenta que somos de sangre!-Le gritaba Rita, la mamá, mientras se señalaba el brazo, acompañada por "La tía Lui".
-¿Eh?-Y pobre Mario, el papá, que recién llegaba a la cocina y no entendía en la batalla campal en la que se estaba metiendo.
-¡Papá apurate!¡Movete un poquito!-Y Carolina, que no podía evitar sacar sus genes a la luz también gritaba, pero dejaba escapar la risa.

-Gracias por aceptar a mi familia-Nos dijo una vez en la comunión de su hermanita, mientras todos los mayores tomaban y bailaban "Bombón asesino" como si hubieran nacido para bailar cumbia.

Y así como todos eran familieros, también eran todos extremadamente divertidos. A pesar de las peleas, y los gritos que ocupaban gran parte del tiempo, las reuniones eran, fundamentalmente para divertirse y soltar carcajadas, una tras otra.

-¿Podés creer que a Ema le siguen pidiendo el documento?-Comentó la tía de Caro, mientras hablábamos de la mayoría de edad.
-A mí también me lo piden...-Respondió la tía Lui, como si fuera lo más normal del mundo, y claramente, las risas no faltaron.

Y Caro adoptó todas esas cosas de su familia. El amor por la multitud de gente, la alegría a flor de piel, los gritos y un poco de locura. También adoptó el amor por las fiestas, y todo lo que eso conlleva. Como She, Carito también tiene algunos excesos, pero diferentes, a veces, se pasa un poco con el alcohol.

Y aunque dan ganas de matarla, porque se pone pesadísima, no podés evitar reírte, porque Caro es sinónimo de alegría.

-Matanza avanza, ¿Entendés? Matanza avanza...-Repetía una y otra vez mientras estábamos todos achicharrados en el auto.
-Si no se calla, la bajo-Comentaba el conductor designado.
-Bueno...-Empezó a decir Carito, modulando en exceso y hablando casi sin voz-Voy a empezar a hablar así, para que Lucas no me escuche, porque dice que lo molesto, y yo no quiero molestar... Pero vos entendés ¿No? Matanza avanza.

Por suerte solo le dura un rato, y después se sumerge en un profundo sueño. A pesar de sus borracheras divertidas, algunas nos hacen pasar papelones, pero si a She la aceprtamos tal cual es, ¿Por qué no a Caro?

La vida de "La peti cabrona" (algún día me animé a decirle así, cuando estaba patoteando a un pibe por hablar mal de su equipo de fútbol preferido) tampoco fue color de rosa, sino que también tuvo trabas en el camino. Trabas que nos pusieron los pelos de punta a todos, porque Carilinas es tan chiquitita que la verdad es que uno tiene miedo de que se rompa, pero la castañita nos demostró que no todo es lo que parece, y terminó siendo inmensa. Más grande y fuerte que todos nosotros juntos.

Su corazón es tan inmenso como ella, capaz que un poco más, y es tan buena, que todo ese amor lo reparte entre nosotros, simples mortales que tratamos, día a día, de estar a su altura. Y entre nosotros, no solo estamos sus amigas y su familia, sino que hay un muchacho dándole vueltas por la cabeza.

Y duele quererte tanto,
Fingir que todo está perfecto
Mientras duele gastar la vida
Tratando de localizar
Lo que hace tiempo se perdió...

Julián vive lejos (ella no es de La Habana, ni él de Nueva York, pero sí hay varios kilómetros de por medio) y la vuelve loca, pero no solo de amor. Tiene idas, y vueltas, subidas y bajadas, pero como a la peti le gusta lo complicado se subió a esa montaña rusa de sensaciones y subió y bajó y giró hasta que se cansó. Un poco mareada, levantó la mano indicando que era hora de bajarse, y por voluntad propia logró frenar su jueguito.

-Yo prefiero que las cosas sean así, no cambié de un día para el otro, me cansé. Ahora soy yo la
que no te quiere ver, ni quiere saber de vos. Está todo bien, podemos hablar y todo, pero yo no voy a volver a caer.-Le aseguró con una madurez asombrosa y yo la aplaudí, aunque si hubiera podido, le hubiera ido a dar una buena trompada.

Para su suerte (ahora) y mala suerte (antes) el chico no es del barrio, ni de capital, ni siquiera de la ciudad, pero yo sé que tarde o temprano va a aparecer el chico perfecto para mi amiguita alegría. Va a aparecer el Meme que la musicalice todo el tiempo, el Fran que la llene de ropa, el Pipita que la lleve a la cancha, y el Gasti que le actúe las mejores escenas románticas de todos los tiempos.

Lo que me queda por decir es gracias, por acompañarme al silencio de charlar sin las palabras, a saber que estás ahí y yo a tu lado. Por acompañarme a lo absurdo de abrazarnos sin contacto, tu en tu sitio y yo en el mío, como un ángel de la guarda. Por acompañarme a estar sola. Y por todas esas charlas a la madrugada, repletas de confesiones.

2 comentarios:

  1. Creo que te vas de tema!!!!!!!! Es muy muyyy hermoso lo que escribis!!!! Te amo, las amooo!

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  2. Melo! (una de las fantasticas)17 de abril de 2011, 16:38

    Sos lo mas hermoso que tiene esta vida Lu!! sos increible escribiendo no te puedo explicar toda las cosas q se siente leyendo lo q escribis!
    te amo con todo mi corazon! y caro deberia estar orgullosa al igual q she de todo lo q decis y el amor q les tenes.

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